IN EXTENSO/CULTURA (Por: Gerardo Ichuta I.).- La palabra folklore, actualmente, se asocia más con dos de sus componentes como son la música y la danza; sin embargo, el folklore es mucho más que estos dos elementos. Ritos, cuentos, representaciones lúdicas, juegos y arquitectura efímera entre otros son también parte acervo cultural de los pueblos.
Las demostraciones o espectáculos ecuestres también integran este bagaje y ya casi están en decadencia, aunque en algunos sitios son parte vital en los tiempos festivos.
Un legado colonial
Definitivamente estos espectáculos provienen de España y llegaron al área andina en tiempos coloniales. Los caballos y las mulas piezas fundamentales para el transporte de pasajeros y mercancía fueron introducidos a América durante el tiempo de la Conquista. Con el pasar del tiempo, existió una especialización en ciertas áreas geográficas para la crianza de ganado equino. Las provincias de Salta, Tucumán y Córdoba se convirtieron en centros de producción de estos animales a gran escala.
Esta producción tenía la finalidad de cubrir los mercados de Perú y el actual territorio boliviano. Con el comercio de estos animales nació el negocio del flete o el transporte de ganado por tramos y llevado a cabo por los arrieros o fleteros.
Por la mejor capacidad de carga el ganado equino desplazó relativamente a las llamas que presentaban desventajas y su uso se hizo generalizado en diferentes clases sociales.
El arrieraje y el folklore en los pueblos andinos
La presencia de arrieros, incluso hasta inicios de Siglo XX, dejó una huella muy profunda en algunos sitios. Las fiestas patronales fueron testigos del arribo de comerciantes forasteros en su gran mayoría y en el seno de estas fiestas nacieron farsas o danzas burlescas como son los argentinos de Paucarcolla; los majeños y aucachilenos de Cusco; los tucumanos de Carabaya en Puno y de Apolo en La Paz. También pertenecen a esta tradición las entradas de caballerías de las localidades de Quime y Apolo en La Paz y la caballería de la fiesta de Apóstol Santiago en Juliaca.
Khaperos, capitanes y la fiesta religiosa
A pesar de que el arrieraje se plasmó en danzas y representaciones, otro tipo de demostraciones lo constituyen aquellas que son parte del fervor religioso estrictamente. Estas tradiciones son las de khaperos y capitanes.
Los khaperos son cargos y representaciones burlescas de la llegada de criollos con su comitiva incluida, Ellos traen leña que se quemará en la víspera de la fiesta. También se los llamaba vispereros y llegaban todos a caballo y los siguen mulas cargando valijas y leña. Esta tradición prácticamente extinta en Bolivia, aún pervive en el departamento peruano de Puno. En la provincia Franz Tamayo, el khapero se lo presenta como baile.
Los capitanes eran aquellos encargados de dirigir las fiestas y presidir los eventos a desarrollarse. El día posterior al principal, era denominado día del capitán y se lo festejaba previo al inicio de la corrida de toros.
Esta tradición de capitanes está muy extendida en el área andina. En Ancash, en el norte peruano, el cargo de capitán, incluye una teatralización de la persecución y la muerte del inca. En Charazani y Amarete en La Paz, el capitán de caballerías hace una entrada magistral seguido de jinetes y portando la tricolor boliviana. En Cerro de Pasco, las compañías de caballerías adquirieron una imagen más del norte peruano y hacen despliegue de trucos y acrobacias ecuestres. En las poblaciones potosinas de Chaquí y Pacasi, los caballos son papelillos de colores para acompañar la procesión de las imágenes religiosas. Los capitanes del pueblo de Melga en Cochabamba y que fueron registrados por Antonio Paredes Candia a mediados de Siglo XX, hoy casi están por desaparecer y tienen la costumbre de obsequiar roscas de panes a los espectadores.
Caballos y carnavales
Quizá el mejor escenario para demostrar la destreza a cabalgar un equino era el tiempo de carnavales.
Los mozos de los valles chuquisaqueños, iban por los caseríos a lomo de caballos, siendo recibidos por los anfitriones con viandas y bebidas. Esta tradición carnavalera era propicia para el desarrollo de cabalgatas como las de Tuquía y Palcoco en La Paz y también para realizar juegos como el de la sortija y el ganso en los que ganaban los jinetes que tuvieran la habilidad de bajar el premio en pleno galope.
El carnaval de Tambobamba en Apurímac conocido como Tikapallana es un evento muy reconocido por las cabalgatas. LA PAZ/CAMINANTE-cultura/ panbolnoticias.com (gerard.ichu@gmail.com).
