
IN EXTENSO/CULTURA (Por: Gerardo Ichuta I.).- Mis primeros recuerdos de las fiestas patronales, no son gratos. Era un niño, en ese entonces, asustado por los grotescos personajes que me molestaban. Mi madre, sólo atinaba a reírse, explicándome que no eran de verdad, sin embargo, esos rostros con ojos desorbitados y sonrisas burlonas no lograban convencerme de que eran tan sólo representaciones. Claro que, también es necesario mencionar, el empeño que los participantes colocaban en la interpretación de las diferentes figuras representadas. No obstante, el mundo de las máscaras tiene diversas connotaciones que sería necesario conocer.

Las máscaras en el mundo rural
Elaboradas, generalmente, en cuero de llama y oveja o en retazos de tela de tocuyo, las máscaras de los personajes en las danzas autóctonas, son de lo más rústicas. Un dúo de enmascarados entrañables, son el achachi y la awicha; una pareja de ancianos, interpretado por dos jóvenes varones que ágilmente desarrollan escenas improvisadas que son muy picarescas y jocosas. Aunque un poco bajado de tono en la interpretación, en el pueblo de Colquencha de la provincia Aroma y en otros sitios, estos dos cómicos ancianos son parte del ritual agrícola de iniciación de la temporada de siembra, con la seriedad correspondiente y que incluye la participación de las autoridades originarias, especialmente de los que están encargados de velar por las actividades agropecuarias.
A pesar de esta excepción esta pareja de ancianos velan por la seguridad de la vicuña que el zorro y el cóndor intentan atrapar, en este ínterin, van sucediendo escenas de lo más pintorescas que provocan la risa de los espectadores, todo esto mientras la tropa de músicos toca y baila, con la formalidad del caso, la danza autóctona que podría ser choquela, mokolulu o kharwani.
Los animales mencionados son interpretados por jóvenes también que visiten trajes de khusilllo o mono y de la máscara traposa siempre emerge la voz de falsete. El portar en la mano o llevar en la espalda, uno de los mencionados animales disecados, le otorga el derecho para actuar en el papel del correspondiente animal. Así el zorro persigue incansablemente a la vicuña, ayudado por el cóndor, hasta que el achachi y la awicha terminan por capturar al zorro y colgarlo ayudados por otros khusillos.

Otro ser mágico, presente en las fiestas es el oso, jukumari, mono o ukuko. Ataviado de un enterizo negro de tela tosca y forrada de hilachos del mismo color al igual que su máscara. Este personaje, al igual que el khusillo, son la encarnación de la pobreza, la humildad, la picardía y la solidaridad.
En contraposición a lo anterior, el chuta, presente en los carnavales, se distingue por el lujo y colorido de su traje. Su máscara de alambre de tejido milimétrico, muestra un rostro blancoide con abundante barba, atributo que no es propio de los indios. El chuta es un enamorador de cholitas y el interpretarlo se constituía una ventaja a la hora de buscar pareja.
Las máscaras mestizas: sátira, sobriedad y policromía
Las máscaras del mundo mestizo y algunas excepcionalmente del entorno indígena están elaboradas en yeso y tienen sonrisas burlonas, ojos un tanto desorbitados y pómulos rojizos. Si los labios están fruncidos en actitud de silbar, la máscara es de llamero; si tiene heridas sangrantes especialmente en la frente, es de chuncho; si las cejas y el bigote son rubios, es de pacochi, si tiene una nariz extremadamente pronunciada y curva, es whapuri o guía de la cullawada, si el rostro es andrógino es de ángel. De esta manera, esos detalles los diferencian. Viejos, diablos, negros y seres animalescos también se encuentran representados en máscaras que usan un soporte de fieltro y su posterior acabado en yeso y pintura.

En el mundo mestizo el desarrollo de los papeles de los personajes en escenas improvisadas es escasa e incluso inexistente por la estructurara actual de las fiestas urbanas diseñadas a modo de coso callejero y apresurado. Indudablemente, antaño, se realizaba mucha interacción con el público e incluso se realizaban teatralizaciones breves.
Las máscaras y los tiempos contemporáneos

Más nuevas, son las máscaras elaboradas en piezas de latón y moldeadas a plan de martillazos. Inclusive, hoy se realizan máscaras en fibras sintéticas. En ambos casos, el peso disminuye lo que permite el sobredimensionamiento de las máscaras, dando oportunidad de hacer un despliegue de creatividad como colocar luces led o dragones que lanzan bocanadas de fuego; creatividad llevada a cabo por los artesanos denominados marcaremos. Hoy, este tipo de máscaras se pueden apreciar en el carnaval de Oruro que es una de las expresiones culturales más representativas de Bolivia. LA PAZ/CAMINANTE-cultura/ panbolnoticias.com (gerard.ichu@gmail.com).
Comparte este artículo:

