IN EXTENSO/CULTURA/PAN Bolivia (Por: Gerardo Ichuta I.).-Al sur de Bolivia y camino a la ciudad de Tarija, se encuentra el municipio de El Puente. Ubicado en el límite fronterizo con Chuquisaca, este centro poblado lleva precisamente ese nombre porque, al servir de límite interdepartamental el río San Juan del Oro, un puente de la ruta nacional Nro. 1, une ambos espacios territoriales.
El puente es conocido porque allí se encuentra una fábrica de cemento del mismo denominativo. Este municipio que pertenece a la provincia Eustaquio Méndez ocupa gran parte del altiplano tarijeño que está surcado por quebradas como la de Tomayapo.
Tomayapo, no solo es un pueblo
Tomayapo no se concibe sólo como un pueblo concretamente sino como un territorio amplio con sectores como el conocido como Loros, aunque el sector más poblado es el de La Parroquia y cuenta con una unidad educativa, un centro de salud, una plaza y la parroquia que le da el nombre al sitio, Los pobladores, en su gran mayoría, se dedican a la producción de duraznos pero ven impedido el crecimiento productivo por la escasez de agua que es un problema frecuente en las quebradas cálidas de la región sureña del país. Bandadas de pequeños loros surcan el cielo tomayapino, apostándose luego en las ramas de los churquis.
Para su fiesta patronal que es el día cuatro de octubre, con fe y devoción a San Francisco de Asís, sus habitantes preparan una fogata para la víspera y en el día central, desde muy temprano expenden viandas de tiempos festivos como el chivo horneado y costillas de cerdo entre otros. No faltan los panes y empanadas cocidos en tradicionales hornos de barro y la refrescante aloja de maní que es una bebida libre de alcohol y muy típica de Tarija.
Durante las primeras horas de la mañana van llegando gente que, aunque son de ascendencia tomayapina, radican en la ciudad de Tarija. Carros particulares inundan las calles y la cancha deportiva. Luego, todos ultiman detalles para la celebración de la misa de honor al santo patrono.
Una tradición poco conocida
Las explosiones de cohetes anuncian la proximidad de la hora de la misa de fiesta, mientras una comitiva al compás de un tambor lleva en andas al santo patrono con rumbo al punto de encuentro con la imagen de Santana Bárbara. Posteriormente regresan con ambas imágenes para iniciar con la misa de fiesta. En tanto esto sucede llega a la puerta de la parroquia, la tropa de los michizos. Ellos son promesantes de San Francisco de Asís. Dicha tropa está conformada por una farsa de danzantes que representan a individuos de raza negra y para este cometido, se pintan el rostro con carbón. Una figura principal comanda la tropa al centro; es el capitán.
Los michizos lucen casacas amarillas y pantalones rojos, así como una boina del mismo color. En el torso llevan una banda con la tricolor nacional.
La tropa no cuenta con un marco musical pero su desarrollo dancístico, pero compensan esta ausencia con una varilla y una coraza de armadillo que cada danzante lleva en las manos. La varilla al raspar las placas del caparazón produce un sonido un tosco respecto de la del instrumento llamado de la saya yungueña de La Paz.
Una innovación un poco reciente, lo constituyen las charanguitas, aunque ellos tampoco constituyen un marco musical efectivo y único, ya que van de manera separada en los costados de la tropa incorporando melodías al ritmo marchoso de los michizos.
Un detalle importante, es el hecho de que los michizos bailan descalzos. Éste aspecto tal vez aluda al voto de pobreza que en vida lo hizo el santo patrono. Sin embargo, se constituye en un acto de penitencia y sacrificio que ellos realizan en medio de un piso constituido por pedazos de piedra pizarra que resultan un tanto filosas.
La tropa de michizos con sus pasos marchosos precede a la procesión de santo patrono que es llevado en andas seguido por la imagen de Santa Bárbara. Los danzantes que ocupan la delantera de las dos filas, son denominados michizos mayores y son designados por méritos
Fiesta de San Francisco un bien patrimonial
El año 2019 fue declarado por el Gobierno Autónomo Departamental de Tarija como Patrimonio Histórico, Turístico y Cultural del departamento de Tarija. Dicha declaración devino en la restauración de la iglesia conocida como La Parroquia, hoy presenta un buen estado de conservación, sus paredes blancas y sus tejas relucientes resaltan en l paisaje ocre y verdoso de esta región.
Además de esto, la designación sensibilizó a los tomayapinos con respecto a la conservación de las tradiciones de los michizos. Esto se hace patente en la participación de niños que, a su corta edad, sienten el compromiso e fe con el apoyo de sus padres; en el número de danzantes, pues años atrás la participación era escasa, hoy lo constituyen aproximadamente setenta promesantes. Muchos, llevan tiempo cumpliendo con esta costumbre y son personas reconocidas por su trayectoria.
Despedidas tristes
La fiesta de este año no tuvo la pompa de otros años, los ánimos no fueron de los mejores. La razón de este deslucimiento, fue el deceso reciente de dos promesantes que ocupaban el sitio de michiizos mayores. Se hizo un acto de recordatorio de estos dos personajes y se procedió al descubrimiento de una placa conmemorativa dedicada a ellos. Un monumento en honor a los michiizos con rostro de un anciano, se encuentra a un costado de la puerta de la parroquia rememora a aquellos promesantes que fallecieron.
Las áreas aledañas a la capilla se fueron llenando de gente en el transcurso del día. Los michizos, después del retorno del santo patrono a su sitio en el altar, seguirán bailando en el atrio de la parroquia. Posteriormente muchos deberán volver a la ciudad de Tarija, cuando caiga la tarde puesto que migraron por falta de oportunidades laborales en este encantador lugar. LA PAZ/CAMINANTE-cultura/ panbolnoticias.com (gerard.ichu@gmail.com).
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