IN EXTENSO/La Paz-CULTURA, por Mario Daza Castellón.- Solo monumentos de piedra de la cultura Tiwanacota quedan en el silencio y gélido frío del altiplano boliviano que dio luz a una civilización avanzada en arquitectura, sembradíos, sistema político, sociedad, cerámica y dio pasó a otras como la Q´eswa y de pronto los único que dejaron fueron vestigios de su vivencia y con una exquisita cerámica de uso doméstico y religioso, llegado el momento seguramente fueron de lujo.
Pues las imágenes que crearon en cada pieza hecha a mano, con impactantes figuras de animales, expresadas y estilizadas en el barro con colores que impresionan.
Se puede advertir un dominio total de la cerámica por la grandes obras en cada pieza, uno deduce que tuvieron de tener mucho tiempo para hacer cada pieza y quizás sea mejor pensar que era para el uso de sus hogares, para ceremonia religiosas en el Lago menor de Bolivia, donde los tiwanacotas centraron su labor espiritual y luego Q´eswas utilizaron los mismos lugares para efectuar estas ceremonias, lo que explica que sus raíces fueron tiwanacotas, también las mismas se expandieron hacia el norte del Lago Titicada (Perú) para crear el imperio Inca, ya que es la cultura Q´eswa o Quechua como se conoce ahora.
No hay duda que el idioma Q´eswa nació con los tiwanacotas y la cerámica revela ese aspecto y no es que se haya perdido el idioma, pues el idioma es sucesivo como en otras culturas es lo último que podría perderse, ya que trasmisión es oral y cada instante o mejor dicho permanente.
Viendo las cerámicas de los tiwanacotas y de los Q´eswas, son similares, por no decir que son iguales o por lo menos con las mismas características. Se puede afirmar que los tiwanacotas se expandieron hacia el norte a las zonas altas y formaron otras sociedades con el mismo idioma, costumbres, sociedad política y otros e incluso la arquitectura es similar.
TIWANAKU
Efectivamente la cultura Tiahuanaco o Tiwanaku es una de las más antiguas del sur andino del Lago Titicaca, donde se estableció y como poderosos centros religiosos en el Lago Menor, donde aún hay vestigios debajo del agua sobre sus ceremonias.
Inicialmente se conoció como cultura tiwanakota, pero luego de los descubrimientos se identificaron que fue un imperio por las extensiones de tierras con viviendas y sembradíos de alimentos y el centro de su actividad fue el lago Titicaca y navegadores por excelencia y dominio de la naturaleza. Algunos investigadores sostienen que apareció este imperio por 1.580 antes de Cristo y se prolongó hasta el año 1187 después de Cristo, la datas no son exactas. Pero no cambio la altura a 3.842 metros sobre el nivel del mar.
LA MARAVILLOSA CERAMICA
La cerámica Tiwanaku es muy particular y estilo único a diferencia de otras en América, pues muestra un dominio total de las imágenes de los animales de su entorno de altiplano, valle. Exhibiendo la policromía, con empoderamiento de anaranjados, negro, rojo y blanco, estos cinco colores fueron la base incluso para su vestimenta, luego los ocres y verdes por la arcilla de la región.
Pero lo más interesante son sus decoraciones en las vasijas, kerus ceremónicos, donde se encontraron figuras geométricas, pues el dibujo escalonado muy tiwanakota y en espiral resaltan. Entre los dibujos zoomorfos predominó el cóndor, puma, víbora, pato o chok´a, halcón y la representación humana.
La cerámica Tiwanaku, que hoy poco aprecian del arte de hacer vajillas para su tiempo se distingue por ser barro compacto y con cocción, aunque en su interior se diferencian por la composición, grasosos o caolín, mezclados con varias gredas hasta de colores, que existe por la región medio arenoso.
Las superficies contaban con un tono anaranjado, pues esta greda existe en los ríos aledaños del Tihuanaco e incluso verdes, ocres, amarillos, negros, plomo, rojo, gris aunque prefirieron pintarlos y eso ya es un arte.
Las figuras tienen bases planas con labios achatados, en tanto las asas forman un arco, de correa o cinta, ubicada debajo de los labios.
Además, aparecen los vasos con reproducciones de rostros en el cuerpo, los cuales eran típicos en el altiplano del Lago Titicaca.
El trabajo es muy, destacándose la nariz porque aparecen los adornos de los personajes y rostros frontales de la escultura, las figuras más impresionantes es del felino puma, el cóndor, pato.
Fuera de los kerus (Q´eswa-vaso), se encuentran los jarros que son vasijas restringidas con asa a la altura del cuello, con cuerpo elipsoide y ovoide, dependiendo del uso que se le dé. Casi siempre es esférico, con unos bordes que varían de acuerdo con el estilo de la vasija. En algunos casos presentan patas o el lomo pintado con manchas o formas de cuadrículas pequeñas, quizás con “collar”, en vasos y tazones como anillo. Las obras de arte, se pueden apreciar en: Mecheros con isla de agua, Incensarios o sahumadores zoomorfos, Escupiteras para la coca, Tipo botellas, Ollas, Cántaros.
También crearon cerámica no decorada, modelada o escultórica y la cerámica negra pulida o sin diseño. Con todo, las vasijas mencionadas, su policromía e iconografía son lo más representativo de la expansión total de la cultura.
Las figuras naturalistas elaboradas desde una manera realista hasta una más esquemática, diferenciándose con claridad de los motivos geométricos, que se asemejan a otras. Pues las figuras humanas, de aves, felinos y seres mixtos o irreales. En cada cerámica aparecen de cuerpo entero o solo la cabeza, representados de frente o perfil.
Se advierte líneas paralelas, onduladas, espirales, triángulos, rombos, cruces y ganchos, cruz, gradas acompañados con imágenes de animales.
Las vasijas fueron utilizadas en ceremonias religiosas y domésticas
Probablemente, como parte de algún tipo de ritual, el cual se cree que tenía lugar en el Lago Menor de Bolivia, y otras regiones andinas, como ofrendas funerarias en entierros especiales como en los Chullpares.
Pero otros diseños de estas vasijas, se encuentra netamente relacionados con el ritual de la muerte, quizás incluso, más que a la vida como lo sugiere la pérdida de restos de la vida cotidiana de sus productores y portadores en gran parte de lo que rodeaba Tiwanaku.
Por lo mismo, se cree que, como probablemente dentro de esta forma estilística, más allá de sus formas temporales, se encuentran los ideales o ideológicos que integran o formaban parte del imperio altiplánico o andino.
El kerú se fabricaba principalmente de arcilla con isla de agua alrededor. Este era un gran vaso, cuyos lados son casi de forma recta en la mitad inferior de su altura.
Poco a poco, se van ensanchando gradualmente hasta su borde superior, cuyo diámetro alcanza el doble de la base, el keru suele llevar una cabeza de puma o de ave o también un rostro humano.
El pebetero ceremonial, tiene la forma de un felino con el lomo abierto. En los templos, servía como un incensario ya que llenaban su abertura con hojas aromáticas que al momento de arder, esparcían su perfume, había de forma de un felino con el lomo abierto
EN LA ACTUALIDAD
Este tipo de arte, se mantuvo en el tiempo, pues los artesanos que ahora son aymaras y aprendieron a mantenerlas vigentes estas vasijas y de pronto utilizando las mismas gredas del lugar o la población de Tiwanaku. Veáse las imágenes que adoptaron los aymaras de los tiwanacotas. (panbolnoticias.com) ¡BICENTENARIO DE BOLIVIA!
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